
El conflicto comenzó el 1° de octubre, cuando el Congreso estadounidense no logró aprobar el presupuesto federal. Desde entonces, miles de empleados públicos se encuentran trabajando sin recibir su salario, entre ellos controladores aéreos, agentes de seguridad y personal de mantenimiento aeroportuario. La tensión crece a medida que se aproxima el feriado del 28 de noviembre, cuando más de 55 millones de personas suelen desplazarse por todo el país. (Turismo, víctima directa del shutdown en Estados Unidos)
En riesgo una fecha clave para el turismo en Estados Unidos
Según U.S. Travel Association, la prolongación del cierre ya está generando efectos visibles: más de tres millones de pasajeros se han visto afectados por demoras o cancelaciones, y algunas terminales reportan una reducción en la capacidad operativa de hasta un 20%. (El cierre del gobierno de Estados Unidos amenaza con paralizar la aviación)
En una carta dirigida al Congreso, la entidad advirtió que un colapso durante el fin de semana de Acción de Gracias podría tener un costo económico de miles de millones de dólares para aerolíneas, hoteles, destinos turísticos y comercios, en una fecha tradicionalmente de gran movimiento turístico.
La advertencia no sólo preocupa a los estadounidenses. Dado que Estados Unidos funciona como una conexión clave para el tráfico aéreo internacional, cualquier disrupción podría tener consecuencias en toda la región. (Caos aéreo en Estados Unidos)
A las demoras técnicas se suma el impacto en la evaluación de los pasajeros: más del 60 % de los estadounidenses dice estar reconsiderando sus planes de viaje si el cierre continúa. “El turismo no puede operar en medio de la incertidumbre”, señaló Geoff Freeman, presidente de U.S. Travel Association. “Si los viajeros no confían en que llegarán a destino a tiempo, muchos simplemente optarán por quedarse en casa.”
