
Cada vez más personas buscan experiencias que los enriquezcan, que les permitan llevarse algo más que recuerdos: una destreza, un conocimiento o una historia que contar. Al mismo tiempo, los destinos y proveedores ven en esta corriente una oportunidad para diferenciarse, sumando talleres, clases o actividades formativas que agregan valor, exclusividad y una conexión más profunda con la cultura local.
¿En qué consiste una skillcation?
Una skillcation propone que el viajero, además de conocer un nuevo destino, participe de clases, talleres o experiencias con componente formativo. Puede ser desde aprender a preparar cocina local, inscribirse en un taller de cerámica tradicional o practicar un deporte nuevo en un entorno exclusivo.
En otras palabras: mezclar ocio con crecimiento personal y cultural.
Skillcation, una de las tendencias en franco ascenso
El auge de las skillcations responde a una combinación de factores. Por un lado, los turistas buscan experiencias más enriquecedoras: ya no se conforman con visitar un destino, sino que desean llevarse algo tangible e intangible de él, ya sea una habilidad, un conocimiento o una historia que contar.
Al mismo tiempo, los destinos y los proveedores ven en este formato una oportunidad de diferenciarse, incorporando talleres o experiencias formativas que agregan valor y elevan la percepción de exclusividad.
Desde el punto de vista psicológico, involucrarse activamente en una actividad genera un nivel de satisfacción más alto que una vacación pasiva, ya que el viajero siente que aprendió algo durante su estadía. (Qué es el JOMO, la nueva tendencia que gana lugar entre los viajeros)
Finalmente, la combinación de cultura, naturaleza y aprendizaje encaja perfectamente con el perfil del viajero experiencial, que muchas veces también pertenece al segmento corporativo o de incentivos, donde el turismo y la formación se complementan de manera natural.
Ejemplos de Skillcations
- Talleres de cocina regional, donde los viajeros aprenden recetas locales guiados por chefs y productores.
- Clases de surf o vela en enclaves costeros, combinando deporte, naturaleza y bienestar.
- Programas de arte y cerámica en pueblos históricos, que conectan tradición artesanal y creatividad.
- Escapadas de fotografía y observación de fauna en entorno naturales, donde el aprendizaje se da en contacto directo con la naturaleza.
- Experiencias de viticultura y enología, donde el viajero se convierte por unos días en aprendiz de bodeguero.
